El Miércoles Santo nos confronta con la fragilidad humana. Aun sabiendo la traición, Jesús no odia: ama, perdona y sigue su camino con firmeza. Mientras la sombra de Judas se alarga, la luz de Cristo no se apaga.
El Miércoles Santo nos confronta con la fragilidad humana. Aun sabiendo la traición, Jesús no odia: ama, perdona y sigue su camino con firmeza. Mientras la sombra de Judas se alarga, la luz de Cristo no se apaga.